La transformación digital dejó de ser una tendencia para convertirse en un proceso clave para la competitividad de las empresas, especialmente en el segmento de las pequeñas y medianas. La digitalización ya no está reservada a grandes corporaciones: hoy existen herramientas accesibles, escalables y adaptadas a las necesidades concretas de cada tienda, comercio o cadena.
La adopción de herramientas digitales ya no es una ventaja competitiva: es una condición mínima para mantenerse vigente. Esto aplica especialmente al segmento de las pequeñas y medianas empresas (PYMEs), entre ellas una gran cantidad de redes de franquicias, que enfrentan un mercado cada vez más digitalizado.
El punto de partida para iniciar este camino no es la tecnología en sí, sino la planificación estratégica. Antes de implementar soluciones digitales, las empresas deben entender qué procesos necesitan optimizar, cuáles son sus objetivos y qué recursos tienen disponibles. La transformación digital efectiva no depende del tamaño del negocio, sino de su capacidad para tomar decisiones alineadas con su realidad operativa.
“Muchos piensan que digitalizarse implica grandes inversiones o proyectos complejos. En realidad, se trata de identificar procesos críticos y aplicar soluciones que generen valor desde el primer día. El objetivo es resolver problemas reales, no sumar tecnología por moda”, señaló Melina Ezeiza, CEO y fundadora de Alax.
En general, los sectores más activos en procesos de digitalización son aquellos con contacto directo con consumidores, como gastronomía, indumentaria, estética, servicios profesionales o comercio minorista. En estos rubros, la transformación suele comenzar por herramientas de gestión de ventas, automatización de promociones, canales de atención digital o medios de pago electrónicos.
Los ejemplos de marcas exitosas muestran que el camino digital debe construirse en etapas. En una primera fase, la mayoría de las PYMES incorpora sistemas de facturación electrónica, redes sociales como canales de marketing, y aplicaciones para mejorar la atención al cliente. Luego, con una base más sólida, pueden avanzar hacia soluciones más complejas como el análisis de datos, programas de fidelización, o plataformas de comercio electrónico.
Entre los factores clave para una implementación exitosa se encuentran:
“La transformación digital no es un proyecto con fecha de cierre. Es una evolución continua. Las PYMES que logran mantener ese enfoque adaptable son las que mejor aprovechan las oportunidades que ofrece la tecnología”, agregó Ezeiza.
La digitalización progresiva permite a las pequeñas y medianas empresas adaptarse a los cambios del mercado, fortalecer su vínculo con los clientes y proyectar un crecimiento sostenible sin comprometer su estructura.
Fuente: www.gaf-franquicias.com
23 de Junio de 2025