Pareciera que el panorama empieza a aclararse o al menos superamos la etapa de estancamiento y resignación, para ya si ahora tener las energías y la cabeza en lo que podemos hacer con nuestros negocios, franquicias y emprendimientos en pos de ganarle a esta situación de casi sesenta días de cuarentena, comercios y economía casi paralizado y una situación en Argentina poco auspiciosa, aunque nada que no hayamos experimentado: inflación, recesión, devaluación, presión impositiva… todo eso, ¡junto!
A esta altura muchos modelos ya se reconvirtieron y se adaptaron a la situación obligada actual, en la mayoría de las casos incorporando delivery a los productos o servicios que ofrecían en un espacio físico y también creando nuevas líneas para poder llegar a los hogares, tratando de al menos sostener los costos fijos. Otros decidieron cerrar sus locales físicos para reducir costos apostando a la venta online con manejos de stock desde un solo local y hasta de sus propias casas, en otros casos surgieron nuevos modelos de negocios pensados en que sean sostenibles incluso pasada la cuarentena.
También, lamentablemente, hay negocios que debieron cerrar definitivamente sus puertas. Esto, por consiguiente no ha hecho más que acelerar un proceso que casi con seguridad se iba a dar ya que el negocio no era sustentable antes de este confinamiento. Por su parte, el modelo de las franquicias ha venido creciendo sostenidamente en Argentina, en general, y en la región de Cuyo, en particular. Tanto por la incorporación de nuevas marcas al sistema como por el otorgamiento de franquicias y la apertura de nuevos locales. Esto ha permitido la profesionalización de los negocios en el mejor de los casos mediante la realización de un diagnóstico de toda la empresa, la creación de un plan de negocios con análisis económicos financieros proyectados, la estandarización de procesos y procedimientos mediante manuales y enmarcando al modelo legalmente, esto último con la seguridad jurídica que una ley de franquicias permite -sólo Argentina y Brasil en Sudamérica cuentan con esta
legislación en la materia.
A su vez, este formato es resistido por empresarios, inversores y hasta por algunas instituciones o el mismo Gobierno. El motivo de esto es, entre los principales, que durante mucho tiempo se han creado -y se siguen creando- modelos de franquicias de manera rudimentaria, realizando el propio empresario el modelo de franquicias entendiendo que puede bajar de internet un contrato o bien contratar un abogado o contador para que determine algunas condiciones básicas y con eso otorgan sus franquicias.
Esto perjudica notablemente al sector, haciendo que el empresario no analice ni desarrolle un modelo de negocios sustentable tanto por él mismo como para el franquiciado (el que adquiere la franquicia), llevando con el tiempo a este último a una situación delicada desde lo económico-financiero, entiéndase sus ganancias mensuales, en la que este operador franquiciado poniendo el riesgo de su capital, el trabajo diario, el esfuerzo del día a día, termina a fin de mes con una pequeña ganancia, incluso por debajo de lo que el franquiciante cobra en concepto de regalías.
Ahora bien, ¿qué pasará con este modelo de negocios en adelante?. Podemos plantear en un escenario moderado lo siguiente:
Sin dudas todo llevará un tiempo, en algunos casos más y en otros menos, lo que es cierto es que sostener el crecimiento de los negocios y los modelos de franquicias, como así también revertir la imagen del sector explicada más arriba es responsabilidad de las mismas empresas, franquiciados, consultoras y todos los que hacemos al mundo de las franquicias, teniendo la oportunidad de posicionar a este modelo de negocios como seguro, rentable y sostenible.
Nicolas Suraci
Fuente: www.gaf-franquicias.com
1 de Junio de 2020